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viernes, 14 de diciembre de 2012

Gustos, ideas, opiniones...

Leído en FARO DE VIGO, Jueves 6 de Diciembre de 2012


Sacramento de la confirmación

EN CANAL, Antonio Rico

Las ideas no son gustos. Comparten con los gustos algunas características, pero la lógica de su funcionamiento es radicalmente diferente. Los gustos están ahí para ser satisfechos; las ideas están ahí para ser retadas. Si llego a un bar a media mañana para comer un pincho y me gusta la tortilla de patata, pediré un pincho de tortilla de patata. Si me gustan los calamares, pediré un pincho de calamares. Si opino que la medida de no actualizar las pensiones es necesaria, buscaré con interés los argumentos que defienden lo contrario. Si opino que es una canallada, escucharé las voces que razonan por qué no lo es dándoles una sincera oportunidad de convencerme.
Pero (casi) nadie actúa así. Los espectadores de derechas sintonizan Telemadrid, "El gato al agua", los informativos de La 1. Los espectadores de izquierdas no se pierden "El intermedio" o "Al rojo vivo", Confundiendo ideas con gustos, opiniones con caprichos, todos acuden a recibir el sacramento de la confirmación. Todos desean ser ratificados, salir igual que entraron. Buscan aquel medio que les diga lo que quieren oír, igual que buscan aquel bar donde tengan el pincho que más les gusta. No se trata de pensar; se trata de ganar apoyos para -las menos veces- nuestra identidad emocional o -las más- nuestro estatus y nuestros intereses.
Y así, mientras tratemos a las ideas como si fueran gustos, mientras nuestras opiniones sólo sean caprichos emocionales para construir ficciones del mundo que confirmen nuestra vanidad, no podremos impedir que las creencias sean un montón de eslóganes que se recitan como mantras para afianzar la pertenencia a un grupo. Así nunca pararemos a las Elena Valenciano o a los Esteban González Pons. Antonio Jiménez oficia la ceremonia en la que se otorga el sacramento de la confirmación a los fieles reunidos en La Sexta. La parroquia asiente con satisfecha complicidad. Esto no es pensamiento, esto es una maldita religión.

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