Se dice que cuando Dios creo el mundo, para que los hombres prosperasen decidió concederles dos virtudes. Así,
- a los suizos los hizo ordenados y cumplidores de la Ley,
- a los ingleses los hizo persistentes y estudiosos,
- a los japoneses los hizo trabajadores y pacientes,
- a los italianos los hizo alegres y románticos,
- a los franceses los hizo cultos y refinados.
Y cuando llegó a los españoles, se volvió hacia el ángel que tomaba nota y le dijo: "Los españoles van a ser inteligentes, buenas personas y del Partido Popular".
Cuando acabó de crear el mundo, el ángel le dijo a Dios: "Señor, le diste a todos los pueblos dos virtudes y a los españoles tres. Esto hará que prevalezcan sobre todos los demás".
"Pues es verdad. Bueno, como las virtudes divinas no se pueden quitar, que los españoles a partir de ahora tengan tres, pero no podrán tener más de dos virtudes a la vez".
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