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lunes, 29 de julio de 2019

La cortadora de pepinos

Juan trabajaba en una fábrica de pepinos. Llevaba trabajando allí bastantes años, hasta que un día llegó a casa y le confesó a su mujer que tenía una terrible compulsión: tenía unas ganas terribles de meter su pene dentro de la cortadora de pepinos. Su mujer le recomendó ir a un terapeuta sexual para superarlo, pero él decidió superarlo por sí mismo.

Después de semanas, Juan llegó un día a casa totalmente destrozado. Su mujer advirtió que algo iba mal y le preguntó qué había pasado.

— ¿Te acuerdas de que te conté que tenía unas ganas terribles de meter mi pene dentro de la cortadora de pepinos?

— Sí, Juan, ¿no lo habrás hecho?

— Sí, cariño, no pude frenarme.

— Dios mío Juan, ¿qué te ha pasado?

— Me han despedido.

— No, me refiero a qué es lo que ha pasado con la cortadora de pepinos.

— Ah, a ella también la han despedido.

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