Los Flamynbaar eran dragones míticos que construían sus nidos en los confines más solitarios del espacio.
Una de las más antiguas leyendas de los navegantes Fenis relata que una hembra Flamynbaar, herida de muerte tras singular combate con el Gran Cometa Sar-Ar-Goon, vino a quemar sus alas en el sol de Gelis, apagándolo para siempre.
Luego, moribunda y ciega, construyó su último nido, el nido que sería su tumba, en el lago de su propia sangre, cristalizada por la espada de luz azul del sol de Pantar. Y sus escamas se hicieron granos de arena y su espina dorsal se solidificó creando un desfiladero de sílice. Los nómadas Fenis, sus primeros exploradores, lo llamaron Siritinga: Siri-Tingar, que en la lengua de Darsemar significa: el Puerto de Tingar.
Capítulo 04: Explorando en globo
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