— ¡Bagazo! —exclamó Kote con profundo alivio—. Eso es, el bagazo. ¿Qué hace la gente con él, después de extraer el zumo?
— Con el bagazo de uva se puede hacer un vino flojo —contestó Cronista—. O aceite, pero para eso necesitas mucha cantidad. Pero el bagazo de manzana no sirve para gran cosa. Puedes usarlo como fertilizante o mantillo, pero no es muy bueno. La gente se lo echa como alimento al ganado.
Kote asintió con aire pensativo.
— No pensaba que lo tiraran sin más. Por aquí lo aprovechan todo de una forma u otra. Bagazo. —Hablaba como si saboreara la palabra—. Es algo que me tenía preocupado desde hace dos años.
— En el pueblo cualquiera habría podido decírtelo —replicó Cronista, desconcertado.
— Si es algo que sabe todo el mundo, no puedo permitirme el lujo de preguntarlo —dijo el posadero frunciendo el entrecejo.
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