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miércoles, 7 de abril de 2010

Atención al cliente

— Soporte técnico de xxxxx, ¿en qué puedo ayudarle?

— Sí, verá, es que estoy teniendo problemas con el procesador de textos.

— ¿Qué tipo de problemas?

— Pues es que estaba tecleando y de repente las palabras se han ido.

— ¿Se han ido?

— Desaparecieron.

— Hummm. ¿Qué ve ahora en la pantalla?

— Nada.

— ¿Nada?

— Está en negro. No acepta nada de lo que tecleo.

— ¿Esta todavía en el procesador de textos o se ha salido de la aplicación?

— ¿Cómo puedo saber eso?

— ¿Puede ver el prompt C:\ en la pantalla?

— ¿Qué es un promce dos puntos?

— No importa. ¿Puede mover el cursor por la pantalla?

— No hay cursor. Ya le he dicho que no acepta nada de lo que tecleo.

— ¿Su monitor tiene un indicador de encendido?

— ¿Qué es un monitor?

— Es esa cosa con la pantalla que parece una televisión. ¿Tiene una luz pequeñita que le dice cuando está encendido?

— Pues no lo sé.

— Bien. Entonces mire en la parte trasera del monitor y busque el lugar a donde va el cable de la corriente. ¿Puede verlo?

— Sí, creo que sí.

— Estupendo. Siga el cable hasta el enchufe y dígame si está conectado a él.

— Sí, esta enchufado.

— Cuando ha estado detrás del monitor ¿ha visto si había dos cables enchufados a él en vez de uno?

— No.

— Bueno, pues los hay. Ahora necesito que vuelva a mirar por detrás y encuentre el otro cable.

— Vale, ya lo tengo.

— Sígalo y dígame si esta enchufado a la parte de atrás del ordenador.

— No llego...

— Eeehh, bueno, ¿puede ver si está enchufado?

— No.

— ¿Ni siquiera si se arrodilla o se inclina para mirar?

— Ah, no es porque no esté en el ángulo correcto, es porque está muy oscuro.

— ¿Oscuro?

— Sí, es que la luz de la oficina está apagada, y la única luz que tengo es la que entra por la ventana.

— Bueno, pues entonces encienda la luz de la oficina.

— No puedo...

— ¿No? ¿Por qué no?

— Porque es que ha habido un apagón.

.

.

.

— ¿Un... un apagón? ¡Ajá! Muy bien, entonces ya tengo la solución. ¿Todavía conserva las cajas y los manuales y el embalaje de su ordenador?

— Bueno, sí, los guardo en el armario.

— ¡Bien! Pues vaya a por ellos, desenchufe su sistema y empaquételo tal como estaba cuando se lo trajeron. Y luego devuélvalo a la tienda donde lo compró.

— ¡Hala! ¿Entonces es grave?

— Pues me temo que sí.

— Vale, pues perfecto. Entonces, digo yo... ¿y qué tengo que decirles?

— Dígales que ¡¡¡ES USTED DEMASIADO IDIOTA PARA TENER UN ORDENADOR!!!

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