Leído en Atlántico Diario, 5-may-2009 (el resaltado es mío)
la lupa y el olivo |
Vidas y haciendas |
gonzalo calderón
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La situación planteada ayer en Vigo por las turbas que usan el legítimo derecho a la huelga para subvertir el orden constitucional, no debería volver a tolerarse entre otras cosas porque no tiene razón de ser ni se cimenta en principio alguno de legalidad y de cordura. La huelga planteada cada año por los trabajadores del metal incrementa en cada una de sus ediciones la violencia, arremete con lo que hay y secuestra a la ciudadanía durante cada vez más largos períodos de tiempo. No hay otra opción que guardar silencio y aguantar una tiranía que se basa en el terror. La extorsión, la amenaza, el chantaje y la violación sistemática de todos los principios que tanto la ley natural como los códigos de justicia contienen y que las turbas han pisoteado y siguen pisoteando impunemente ante la mirada de unos sindicatos gobernados por irresponsables que no pueden o no quieren combatir un estado de sitio que tarde o temprano desembocará en una verdadera tragedia.
La huelga es un acto legal pero los principios en los que se sustenta la que año tras año nos maldice a los ciudadanos de una urbe maltratada son falsos. Tan falsos como los que intervienen en este despliegue de insolencia y salvajismo. Y quizá la primera pregunta sea ésta, antes de analizar los motivos reales de un conflicto que no tiene poso ni sustento y menos en un clima generalizado de merma de empleo que no parece conmover a sus organizadores. ¿Son del metal todos los que salen a la calle a desahogar su furia destruyendo vidas y haciendas y todo lo que les sale al paso? Lo sindicatos deberían saberlo. Sólo queda saber más. Quién pagará estos desmanes y cómo la Ley y la Justicia actuarán en consecuencia. |
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