Un borracho llega a las cinco y media de la mañana a su casa y se encuentra a su mujer en la cama con otro tío. La mujer le dice:
— ¿Cómo llegas a estas horas y como una cuba?
– Y tú, ¿qué haces con ese tío en mi cama?
– Va, no cambies de conversación.
— ¿Cómo llegas a estas horas y como una cuba?
– Y tú, ¿qué haces con ese tío en mi cama?
– Va, no cambies de conversación.
Un policía para a un borracho al volante:
– Oiga, ¿no ha visto la flecha?
– Si hombre, no he visto a los indios y voy a ver la flecha.
– Oiga, ¿no ha visto la flecha?
– Si hombre, no he visto a los indios y voy a ver la flecha.
Dos borrachos están tirados sobre las vías del tren. Se acerca un policía y ve que uno de ellos está metiéndole el dedo en el culo al otro.
– A ver, ¿usted qué hace? ¿Acaso está ayudando a su amigo a apartarse de las vías?
– No, estoy intentando que vomite.
– ¡Ya, claro! Pero así no lo va a conseguir.
– Espere a que le meta el dedo en la garganta...
– A ver, ¿usted qué hace? ¿Acaso está ayudando a su amigo a apartarse de las vías?
– No, estoy intentando que vomite.
– ¡Ya, claro! Pero así no lo va a conseguir.
– Espere a que le meta el dedo en la garganta...
Están dos borrachos y uno le dice al otro:
– Tío, no sigas bebiendo que te estás poniendo borroso.
– Tío, no sigas bebiendo que te estás poniendo borroso.
Llega un borracho a casa:
– ¡Vaya! ¡Vienes bien cargado! -dice la mujer.
– Sí, querida, era por no hacer dos viajes.
– ¡Vaya! ¡Vienes bien cargado! -dice la mujer.
– Sí, querida, era por no hacer dos viajes.
Esto es un borracho que entra a un bar todo cocío... Se sienta con dificultad frente a la barra y de repente alza su temblorosa cabeza con violencia... En esto que coge una tiza de su bolsillo y traza una línea en el suelo. Después dice con la voz propia que se gasta en situaciones de estas:
– ¡A la derecha de esta línea sois todos unos gilipollas!
Luego añadiría:
– ¡Y vosotros, los que estáis a la izquierda, sois todos unos maricones!
Todos los presentes se echaron a temblar cuando entre la concurrencia se levanta una mole humana de mirada fría y puños apretados... Con voz uniforme le dice al borracho:
– Yo no soy maricón.
El borracho se le queda mirando, botella en mano y entrecejo fruncido...
– ¡Pues vete a la derecha, gilipollas!
– ¡A la derecha de esta línea sois todos unos gilipollas!
Luego añadiría:
– ¡Y vosotros, los que estáis a la izquierda, sois todos unos maricones!
Todos los presentes se echaron a temblar cuando entre la concurrencia se levanta una mole humana de mirada fría y puños apretados... Con voz uniforme le dice al borracho:
– Yo no soy maricón.
El borracho se le queda mirando, botella en mano y entrecejo fruncido...
– ¡Pues vete a la derecha, gilipollas!
Esto es un borracho que se sube a un autobús y se topa con un testigo de Jehova.
– ¡Estás yendo derecho al infierno!
– Mierda, me he vuelto a equivocar de autobús.
– ¡Estás yendo derecho al infierno!
– Mierda, me he vuelto a equivocar de autobús.
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